Empiezan las buenas noticias con respecto al coronavirus, la curva de los contagios va disminuyendo lo que permite que comencemos con la desescalada. Muchos habrán disfrutado de las pequeñas salidas pero otros tendrán nuevos miedos o verán agudizados sus temores conocidos. Es posible que el miedo al contagio, en principio normal, se convierta en pensamientos rumiativos donde el COVID-19 es el monotema de su mente. Todo ello, puede derivar en cuadros clínicos como el TOC (ver enlace), trastorno que ya explicamos con anterioridad.
En estos tiempos, es normal y necesario que todos tengamos un nivel de alerta superior al habitual. Algunas pequeñas dosis de activación nos permiten estar protegidos y atentos a posibles peligros reales. Es real que tenemos que tener unas medidas de seguridad, como son: la distancia, la mascarilla, los guantes, una buena higiene de manos, una buena limpieza de nuestro hogar o lugar de trabajo, etc. Puede ser más peligroso no ser conscientes de esto. Sin embargo, también es peligroso para nuestra salud mental extremar los rituales de limpieza como forma de compulsión o tener pensamientos rumiativos sobre el COVID-19. Es momento de pedir ayuda profesional si creemos que nuestros pensamientos o rituales están dominando nuestra vida.
¿Cómo manejar los pensamientos rumiativos?
En consulta, tras realizar un estudio individualizado del caso, veríamos qué herramientas o técnicas son más oportunas a utilizar. Algunas estrategias psicológicas que han mostrado su eficacia para abordar, a nivel sintomático, problemáticas como el TOC son: técnicas de exposición, la desensibilización sistemática y la restructuración cognitiva (ver enlaces), todas explicadas en nuestros anteriores post.
También existen otros ejercicios que se pueden utilizar de forma alternativa o paralela a estas técnicas que han demostrado tener muy buenos resultados. Os contamos algunos de los que solemos realizar en terapia.
Técnicas de distracción del pensamiento
Para romper el automatismo de las obsesiones o compulsiones nos puede servir realizar conductas alternativas que distraigan nuestra atención. Hay muchos ejercicios con esta finalidad. Como no sirve todo para todo el mundo, hay que ir probando en terapia distintas formas de hacerlo.
El uso del humor
Para eliminar el bucle de las rumiaciones una tarea interesante puede ser cantar la obsesión en lugar de pensarla. También poner voces raras o divertidas a la obsesión cumpliría la misma finalidad que la anterior tarea citada. Otro ejercicio para combatir los pensamientos intrusivos sería «el comentarista de Radio malas noticias» donde nosotros mismos, cuando reconozcamos que estamos siendo catastrofistas, usemos el humor para restructurarnos el pensamiento. Las redes sociales nos dan una información positiva en este sentido, hay miles de memes, parodias, chistes o canciones que nos pueden servir de ejemplo o guía para crear nuestras propias herramientas personales.
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