Entendemos la asertividad como la capacidad de expresar nuestros propios pensamientos, opiniones y deseos de una manera tal, que no dañemos al otro.
Una parte importante de la asertividad es poder mostrar nuestros deseos sin miedo a la reacción del otro, es decir, sin el miedo a ser rechazados por el simple hecho de no pensar igual que la otra persona.
Detrás de un comportamiento no asertivo, podemos encontrar varias causas:
– timidez,
– un exceso de angustia,
– problemas de ansiedad,
– una baja autoestima unida a un bajo concepto de uno mismo,
– miedo a no cumplir las expectativas de los demás,
– miedo a “defraudar” al otro, etc
Lo que es cierto, es que, en lo más interno de nuestra psique, lo que encontramos es el temor a ser “abandonados” mediante el rechazo del Otro.
Un comportamiento no asertivo, nos puede llevar a realizar conductas o decir cosas que ni pensamos ni queremos hacer. Cuando nos encontramos ante esas situaciones en las que callamos, lo que ocurre es que solemos obtener una sensación de frustración, ánimo bajo, ansiedad, etc, lo que puede desembocar en diferente sintomatología como dolor de estómago, presión en el pecho, dolor de cabeza, de espalda, náuseas…
La asertividad no es otra cosa que defender nuestros derechos e ideas de una manera adecuada, y si callamos, inevitablemente sucederá que el deseo no expresado en palabras, saldrá expresado mediante el cuerpo.
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