Muchos padres se preguntan si a pesar de que su hijo haya aprobado todas las asignaturas y con buenas notas, es necesario ponerle deberes durante las vacaciones de verano. La respuesta es sí, pero estos deben ser más entretenidos y ligeros que los que se realizan durante el curso.

A pesar de que el verano es un merecido descanso para recargar las pilas y volver con energías al colegio en el mes de septiembre, no se deben olvidar las tareas escolares. De esta forma a los pequeños les resultará mucho más fácil volver a la rutina.

Lo ideal para el verano son experiencias y métodos menos rígidos, que aporten imaginación a los niños, provoquen su curiosidad y animen su inteligencia, como lecturas educativas, juegos educativos, clases más artísticas, etc.

Consejos para los deberes en verano

– Deben ser educativos a la vez que entretenidos y divertidos.

– La cantidad y la intensidad de las tareas dependerán de las notas y el esfuerzo que tu hijo haya tenido durante el resto del curso. Si ha suspendido alguna asignatura necesitará refuerzo extra.

–  No deben dedicarle más de 30 minutos al día, siempre descansando los fines de semana y los días que se realicen actividades especiales, como cumpleaños, excursiones, etc.

– Cualquier tipo de actividad cultural sirve como tarea de aprendizaje, como por ejemplo los museos, talleres educativos, visitas culturales…

– Una opción es comprar libros de vacaciones de editoriales infantiles. Son libros muy completos que sirven para repasar lo aprendido durante el curso pero de una forma divertida, como pasatiempos, juegos, adivinanzas, cuentos, etc.

– En los viajes en coche se pueden hacer juegos para refrescar conocimientos. Estos juegos harán que el viaje es más corto.

– Si se tienen que hacer tareas recomendadas por profesores del colegio, hay que elegir buenas condiciones para ello, como establecer un horario adecuado y elegir un buen entorno con luz natural y con suficiente espacio.

– Nunca mandes las tareas como una obligación, sino como algo divertido. De lo contrario les cogerá manía y costará mucho que se ponga a hacerlas.

El relax de las vacaciones se puede aprovechar para que los niños desarrollen otros conceptos que muchas veces no se tienen en cuenta y son igual de valiosos en su formación personal.

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