¿Qué es la Terapia Psicológica Infantil?
La Psicología Infantil se compone de diferentes herramientas y técnicas para la intervención psicológica con los niños. La intervención en esta terapia va dirigida a mejorar la conducta del niño, gestionar de una manera adecuada sus emociones y aquellos temas que influyan en su desarrollo psicológico y social.
El elemento clave de la terapia infantil es el juego. A través del proceso de juego, el terapeuta crea un espacio seguro en el que generar un vínculo con el niño para poder comunicarse en su lenguaje, y así, poder entender qué le sucede, su mundo, sus preocupaciones, etc. Los niños no tienen palabras para describir y explicar lo que les ocurre, ya que ni siquiera entienden lo que les está pasando ni lo comprenden. Los niños expresan su mundo interior de otras maneras, como son con el juego y el dibujo.
En la terapia psicológica con niños, la familia tiene un papel fundamental y activo. La terapia ayuda a los padres a identificar dificultades y a aprender nuevas formas de comunicación y de relación con sus hijos. Los padres, a través de la psicoterapia infantil, actúan de modelos seguros para los hijos, enseñándoles herramientas y modos de actuación sanos.


Terapia de Adolescentes
Los cambios biológicos, psicológicos y psicosociales propios de la adolescencia terminan a los 18 años de edad aproximadamente, aun si los límites entre el final de esta etapa y la etapa adulta no son muy claros. La adolescencia esta marcada por la convergencia de tres hechos fundamentales.
Cómo repercuten los cambios físicos en el adolescente
Los cambios físicos durante la adolescencia influyen mucho en la identidad del adolescente. El adolescente debe adaptarse a estos cambios físicos, asumir su identidad y continuar en el camino hacia la sexualidad genital en la etapa adulta.
Muchos adolescentes atraviesan esta etapa sin perturbaciones psicológicas graves. Sin embargo, todos ellos experimentan inquietudes, angustias y dudas. Durante esta etapa, los adolescentes experimentan cambios que son percibidos por el entorno (padres, compañeros, profesores…)
La adaptación a los cambios físicos está vinculada a las presiones del grupo y a los estándares culturales de belleza y de seducción.
Cómo piensan los adolescentes
El pensamiento de un adolescente se diferencia del pensamiento de un niño por el deseo de encontrar un sentido a todos los aspectos de su experiencia concreta con el mundo (contacto con nuevas amistades o instituciones). Las preguntas acerca de sí mismo se vuelven mucho más profundas y se relacionan con aspectos mucho más afectivos: amor, amistad, sociedad, justicia, religión, moral.
La mayoría de los adolescentes no construyen una ideología propia sino que adquieren las creencias e ideologías ya existentes en su entorno social. Es un hecho que durante esta etapa los adolescentes abordan de manera muy profunda el dilema de la vida y de la muerte.
Cómo se desarrolla la vida social del adolescente
Al empezar la adolescencia el niño debe dejar su mundo de relaciones limitado exclusivamente a sus padres y construir otro mundo en el que primen la autonomía y las relaciones con otras personas de su misma edad. La conducta de los padres también debe cambiar tanto en el aspecto afectivo como en su rol de agentes de socialización. La adolescencia es una etapa de conflictos. Durante etapa las relaciones familiares cambian y el adolescente se abre a un mundo mucho más extenso donde sus amigos ocupan un lugar muy importante.
Durante esta etapa los grupos de personas de la misma edad son los principales medios de socialización. En estos grupos las funciones son complementarias y no opuestas (como en el entorno familiar). La formación de estos grupos permite facilitar las relaciones amicales y fomentar la identificación mutua lo cual contribuye a que el adolescente encuentre una identidad personal y social.
Estos grupos permiten que el adolescente asuma roles y enfrente situaciones sociales en las que tendrá que decidir entre lo que se debe y lo que no se debe hacer. Otro medio de socialización importante es la escuela. El medio escolar favorece la formación y el funcionamiento de los grupos de amigos y, además, estimula la confrontación con las exigencias de adultos profesionales
Preguntas Frecuentes
¿En qué consiste la psicología infanto-juvenil y para qué problemas puede ayudar?
La psicología infanto-juvenil, desde el psicoanálisis relacional, se centra en comprender el mundo interno del niño o adolescente y su historia emocional dentro del contexto familiar. En PsicoTorres trabajamos con dificultades como rabietas persistentes, miedos, tristeza, irritabilidad, problemas de autoestima, acoso, somatizaciones o cambios propios de la adolescencia.
El objetivo no es corregir conductas, sino entender qué las origina, ayudando al menor y a su familia a restablecer un vínculo más seguro y una comunicación más sana que permita elaborar el malestar.
¿Cómo se desarrollan las sesiones con niños si muchas veces no saben expresar lo que les ocurre?
El juego y el dibujo son el lenguaje natural de los niños. A través de ellos, el terapeuta observa, escucha y se relaciona, para acceder al significado emocional de lo que el menor expresa simbólicamente. El trabajo no se limita al niño: se profundiza con los padres en la historia familiar, los vínculos y las dinámicas afectivas que influyen en su desarrollo. Las
sesiones tienen una duración de 45 minutos, y cada proceso avanza a su propio ritmo, sin imponer ejercicios ni tareas, sino favoreciendo la comprensión y la elaboración conjunta.
¿Qué papel tienen madres y padres en la terapia psicológica infantil y juvenil?
La implicación de la familia es fundamental. Acompañamos a madres y padres para que comprendan el origen emocional de las dificultades del menor y puedan transformar el vínculo y la comunicación. En lugar de pautas o normas externas, trabajamos sobre la historia, las emociones y los modelos de relación, ayudando a que cada familia encuentre su propio modo de acompañar con coherencia y comprensión.
¿Cómo sabré si mi hijo o hija necesita iniciar terapia psicológica? Señales de alerta
Conviene consultar cuando hay cambios llamativos o mantenidos: aislamiento, miedo a separarse, irritabilidad, tristeza, dificultades con el sueño, regresiones, somatizaciones o conflictos frecuentes. En la adolescencia, también la desmotivación, la autoexigencia extrema o la sensación de vacío. Una valoración temprana permite diferenciar lo evolutivo de lo que necesita ser elaborado emocionalmente, ofreciendo un espacio donde comprender lo que está ocurriendo antes de que se cronifique.
¿Cuánto dura un proceso y cómo se personaliza el plan de intervención?
Cada proceso es único. No hay una duración fija: depende de la historia, la edad y la complejidad del conflicto. Tras las primeras sesiones, se define un encuadre con objetivos generales y la frecuencia adecuada. En PsicoTorres trabajamos desde una escucha profunda y sin juicios, buscando la comprensión del sentido del síntoma y no su simple desaparición. El cambio surge de ese proceso de comprensión y transformación del vínculo, no de pautas externas.

