Como ya hemos mencionado, la forma en la que nos comunicamos es muy importante. Tener una buena comunicación es una forma de cuidar nuestras emociones. Asimismo, cómo nos sentimos tiene poder sobre nuestro sistema inmune. Por lo tanto, tener una Comunicación funcional tiene más beneficios de los que podemos pensar. En estos tiempos, más que nunca, hay que generar un sentimiento de unión. Hay que luchar todos juntos en una misma dirección. Es de suma importancia generar un ambiente de armonía. Para ello, hay que eliminar al máximo la negatividad. Una forma de hacerlo es eliminando de nuestro vocabulario a los cuatro jinetes el apocalipsis.
Cuatro jinetes del apocalipsis.
1. LA CRÍTICA.
Es comprensible que estemos molestos con la situación actual que estamos viviendo. También es entendible que estemos viendo cosas que nos indignan, que nos hagan sentir frustrados y que nos generen cierta irascibilidad. No es bueno que reprimamos estos sentimientos, pero tampoco es bueno que utilicemos la crítica para expresarlos. No es positivo ni para nosotros, ni para quien la recibe.
Cuando criticamos, estamos englobando la personalidad de la otra persona: «tú eres un incompetente». La crítica es general y estable. Este mensaje no tiene nada de constructivo. No genera cambios, solo aporta sentimientos negativos a la persona que los recibe. Muy importante también no generalizar: «no haces NADA bien». Estos mensajes nos tiñen la situación de forma más negativa de lo que realmente es y como consecuencia influye en nuestras propias emociones.
¿Cómo la transformamos? A través de la QUEJA. Esta es concreta y se refiere a las conductas o situaciones específicas. El impacto de este lenguaje en nuestras emociones es mucho más manejable. Esta pequeña estrategia comunicativa sirve tanto para las noticias que estamos viendo ahora por la televisión, como para relacionarnos de forma más saludable con nuestras personas cercanas.
Utilizar la crítica en nuestra forma de comunicarnos puede generar problemas graves en nuestras relaciones interpersonales. Os invitamos a tener conciencia sobre si la utilizáis en vuestro día a día e intentar transformarla en la queja. La podemos cambiar utilizando la técnica del Mensaje yo. Por ejemplo: «Yo me siento frustrada cuando miras el móvil mientras te hablo». Además, para reforzar el mensaje podemos añadir nuestra petición: «Me gustaría que me miraras, eso me haría sentir que me escuchas». Es importante expresar claramente lo que queremos y no caer en el mito de «si me conociera sabría lo que me gusta» o los «yo lo haría».
2. El DESPRECIO.
Las faltas de respeto hay que eliminarlas por completo de nuestra comunicación. Es un grado más alto que la crítica. Serían las burlas, el sarcasmo, los insultos, algunos gestos determinados, el escepticismo, etc. Este tipo de mensajes es totalmente hiriente y nada constructivo.
3. ACTITUD DEFENSIVA
Este tipo de actitud consiste en contestar con críticas a otras críticas. Entraríamos en una especie de escalada que podríamos resumir en «y tú más». También suele aparecer aunque no nos hayan criticado, puede que la persona se sienta atacada y conteste con una crítica a un falso ataque. Esta postura niega la propia responsabilidad del conflicto. No nos permite asumir parte de la solución de este.
Por otro lado, es un mala estrategia de afrontamiento de problemas utilizar un momento de discusión para sacar errores pasados de la otra persona. Esto es algo muy común que observamos en la consulta. La persona se guarda algo que le molesta y lo saca en una discusión sobre otro tema «pues tú el otro día hiciste…». Recordamos que el hecho de guardarnos las cosas que nos molestan suele llevarnos a somatizar o a tener un estilo de comunicación agresivo. Es importante hablar en el momento sobre las cosas, si no es posible, no esperar a que pase mucho tiempo.
4. ACTITUD EVASIVA.
Este tipo de actitud es ese «paso». Las personas que la utilizan están EVITANDO el problema a través de actitudes de silencio (no confundir con silencio asertivo), expresiones corporales, inexpresividad, pasividad, etc. La realidad es la que es por mucho que la evitemos. Este tipo de actitud solo hace que los conflictos que tengamos, sean del tipo que sean, se cronifiquen.
Relacionándolo con la situación actual, este tipo de actitud la pueden tener las personas que no toman las medidas protectoras necesarias porque piensan que esta pandemia no va con ellos. Por ejemplo, salimos a la compra y no llevamos protección, llegamos a casa y no nos lavamos las manos, nos tocamos la cara sin pensar que tenemos riesgo a contagiarnos. También lo sustentarían pensamientos del tipo «a mi no me va a tocar» o «si me contagio, será como un simple catarro». En este problema, todos y cada uno de nosotros, en mayor o menor medida, formamos parte de la solución.
Estos cuatro jinetes del apocalipsis no forman parte de la solución de ningún conflicto. Es una forma de agravar los problemas que tenemos. Son aspectos de nuestra comunicación que pueden ocasionar problemas de convivencia, mayor estrés o malestar generalizado y agravamiento de las disputas, entre otras cosas. Sería interesante, que cada uno de vosotros reflexionara sobre cuales de estos cuatro jinetes tiene tendencia a utilizar para intentar erradicarlos o reducirlos.
En este confinamiento, no permitas que entre en tu casa ni el coronavirus, ni los cuatro jinetes del apocalipsis. Son malos compañeros de piso. Busca la unión y armonía. No pongas la mirada en todo lo que los demás están haciendo mal y reflexiona sobre qué puedes tú aportar dentro de tus posibilidades.
Nuestro equipo de psicólogos sigue ejerciendo de forma online. Puedes ponerte en contacto a través del número de teléfono: 653234336.
Deja una respuesta