En la raíz de gran parte de los conflictos podemos encontrar una mala comunicación. Cuando una persona malinterpreta lo que otra ha querido decir y reacciona defendiéndose ante lo que considera una ofensa, aumenta la tensión del conflicto y nos encontramos más lejos de solucionarlo. Por el contrario, cuando dos personas en conflicto pueden establecer una comunicación eficaz y clara (ambas se hacen entender y se entienden mutuamente) pueden descubrir que realmente no existía un problema o que era pequeño y de fácil solución. Incluso en el caso de que el problema fuera importante, una comunicación de calidad puede ayudar a las partes a que trabajen juntas para encontrar soluciones que satisfagan a ambas.
En Psicotorres observamos la interacción, formamos hipótesis de que una causa del problema es la incapacidad de la pareja para hablar uno con otro de un modo constructivo y moderado, y procedemos a realizar experimentos con modificaciones de los esquemas de comunicación (calidad, cantidad y forma), para comprobar si él o ella pueden modificar la dinámica del conflicto.