Actualmente, los celos son uno de los problemas que más encontramos en consulta y en nuestra vida diaria. Asimismo, es uno de los factores que producen mayor deterioro en las relaciones de pareja, sugiriendo una inseguridad en uno mismo y un miedo al abandono por parte de la persona amada.
¿Y… DE DÓNDE SURGEN LOS CELOS?
En la mayoría de casos el origen de los celos se sitúa en la persona que los experimenta, transformando tanto su vida individual como en pareja en algo difícil de llevar.
Lo primero para frenar este sentimiento que provoca tanto malestar es analizar qué podría estar alimentando los celos y de dónde creo que provienen (experiencias anteriores, bajo autoconcepto, falta de valía personal, figuras de referencia, etc).
Una vez realizado un examen de nuestros comportamientos y aceptado que son perjudiciales tanto para uno mismo como para el bienestar de la pareja, tenemos que hablar de algunos pasos que pueden ayudar a combatirlos:
1. Diferencia celos, de celos patológicos: todas las personas hemos podido experimentar celos en algunos de los momentos de nuestras vidas. Sin embargo, si los ataques de celos injustificados se dan de forma reiterada, estamos hablando de celos patológicos. En estos casos es recomendable pedir ayuda para identificar su origen y llegar a controlarlos.
2. Trabajar para mejorar la autoestima: esta parte es fundamental para manejar los celos, ya que en un gran porcentaje de ocasiones, los celos se originan de una autoestima devaluada, que nos hace sentirnos inferiores a nuestra pareja pensando que en cualquier momento puede encontrar a alguien mejor y abandonarnos.
3. Evaluar las situaciones de estrés y depresión: a lo largo de nuestra vida atravesamos diferentes situaciones que nos pueden generar estrés, como por ejemplo en el trabajo. Si dejamos que el estrés se apodere de nuestras vidas, inevitablemente aparecerá en nuestra relación de pareja devorando la serenidad y buscando conflictos donde no los hay.
Por otro lado, se pueden dar circunstancias que nos lleven a experimentar estados depresivos, como por ejemplo la muerte de un ser querido, una enfermedad…En estas situaciones, podemos presentar comportamientos regresivos más demandantes que nos pueden llevar a una mayor inseguridad.
4. Riega y cultiva tus deseos: es importante compartir aficiones comunes en la pareja, pero igual de importante es dedicarnos tiempo a nosotros mismos como seres individuales. Cultivar nuestros propios intereses y respetar nuestro espacio-tiempo es de suma importancia ya que en muchas ocasiones, los celos nos ciegan al estar totalmente volcados en nuestra pareja, llegando a nublar nuestros propios deseos.
5. Evita proyecciones de experiencias pasadas: este es un paso de mucha relevancia para dejar los celos atrás, ya que, en numerosas ocasiones, personas que han sufrido infidelidades por parte de parejas anteriores, terminan permitiendo que miedos del pasado destruyan la relación presente.
Debemos tener muy claro que cada persona es diferente y por lo tanto, ser conscientes de que tu pareja actual o es tu pareja anterior y por ende, tendrá un comportamiento totalmente distinto.
Para evitar estos casos, lo mejor es trabajar y analizar los fantasmas del pasado con el fin de que tengan la menor influencia posible en nuestro presente.
6. Empatía: ponerte en el lugar de tu pareja te ayudará a entender cómo se siente y por las situaciones que está atravesando debido a los celos.
¿QUÉ PUEDO HACER EN MI DÍA A DÍA PARA CONTROLARLOS?
1. Diálogo desde el respeto: si algo no te parece bien o te disgusta, háblalo, exprésalo, pero desde los sentimientos, no desde el reproche.
2. Busca una segunda opinión: si no estás seguro de si tus celos son fundamentados, pide ayuda a alguien objetivo, como por ejemplo, un profesional.
3. Al igual que debes trabajar en tu tiempo y espacio: debes respetar el de tu pareja y no invadirlo.
Para concluir, los celos aparecen en ocasiones a lo largo de nuestras vidas, pero es necesario que identifiquemos qué tipo de celos son y qué los motiva. Para evitar que nos afecten de forma negativa, es imprescindible enfrentarnos a ellos, si es necesario, buscando ayuda profesional para determinar su origen.
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